Las independentistas que se acostaron libremente con el policía infiltrado le acusan ahora de «torturas»
El caso del policía infiltrado entre los movimientos antisistema de Barcelona ha provocado una cascada de reacciones
Iglesias sugiere infiltrar policías en el PP: «Que f*** con Ayuso, en la cama estos corruptos cantan»
La prensa independentista pone en la diana a un policía mallorquín infiltrado al publicar su foto
El caso del policía infiltrado entre los movimientos antisistema de Barcelona ha provocado una cascada de reacciones. El agente ha sido denunciado por cinco activistas con las que mantuvo relaciones «sexoafectivas» libres y consentidas. Las separatistas, sin embargo, apuntan hasta cuatro delitos en su querella: abusos sexuales continuados, descubrimiento de secretos, impedimento del ejercicio de los derechos civiles e incluso tortura. En total, sumarían una veintena de supuestos delitos, ya que cada una de las afectadas se ha querellado por los cuatro mencionados previamente. Las abogadas que representan a las demandantes no descartan, además, que pueda ampliarse el número de afectadas.
Las independentistas sostienen que la infiltración del agente supone «violencia sexual institucionalizada», alegando que habría utilizado las relaciones con ellas «para acceder a sus informaciones íntimas, personales y políticas» para desarrollar su labor policial.
Alegan, además, que «no puede haber consentimiento si no es libre e informado» y que, en el caso de haber sabido que se trataba de un agente de policía, no habrían mantenido relaciones con él.
Sobre el delito más llamativo del que le acusan, tortura, señalan que se ha atentado «de manera directa contra la integridad moral» para conseguir información y con el fin de «castigar a estas mujeres por tener una implicación política», según las abogadas. En cuanto a la revelación de secretos, argumentan que el policía ha podido «compartir con sus jefes» la información obtenida.
El policía desarrolló su trabajo de espionaje durante casi tres años en Barcelona, infiltrándose en distintos movimientos okupas y antisistema. Con el falso nombre de Daniel Hernández Pons, llegó incluso a modificar su aspecto, haciéndose distintos tatuajes, cambiando su peinado y adoptando un cuerpo más musculado.
El tiempo que estuvo infiltrado fue uno más en las distintas actividades desarrolladas por estos colectivos, participando además en manifestaciones, como la que se llevó a cabo por Pablo Hasél tras su condena por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona, unas protestas que desembocaron en distintos disturbios por la Ciudad Condal, además de desalojos o fiestas reivindicativas. Fue a finales del año pasado cuando empezó a desvincularse del entorno separatista radical y llegó a comunicar incluso que se iba a Dinamarca a trabajar.
Cacería
La noticia ha provocado una persecución por parte del separatismo. La fotografía del policía infiltrado fue publicada inicialmente por el semanario La Directa y pronto fue reproducida por diversos medios independentistas como el Nacional.cat, El Salto e incluso la televisión autonómica de Cataluña TV3. Todos estos medios han publicado amplia información sobre el agente infiltrado, difundiendo su imagen y otros datos. El pasado mes de junio estos mismos medios ya pusieron en la diana a otro policía infiltrado en los movimientos independentistas para que fuera linchado. Dieron amplia información del caso, publicaron su foto y ofrecieron detalles sobre su vida. Ofrecieron incluso los datos de la vivienda del agente para facilitar el trabajo a los acosadores. Entonces varias entidades, como Òmnium Cultural, presentaron una demanda que fue archivada por la Audiencia Nacional.
El caso ha saltado al ámbito político. Podemos, partido socio en el Gobierno de Pedro Sánchez, ha lanzado una batería de preguntas en el Congreso al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para conocer si el Ministerio «ordenó las supuestas actuaciones de espionaje», «con qué finalidad», «si la actuación tenía cobertura legal» e, incluso, «si se autorizó al agente infiltrado a mantener relaciones íntimas y/o sexuales con personas del grupo investigado».
Pablo Iglesias ha aprovechado el caso para cargar contra el Partido Popular, ironizando con que cuando estuvo en el Gobierno propuso a Marlaska infiltrar a agentes policiales en este partido, dado que «pocas organizaciones políticas han cometido tantos delitos», ha señalado en su podcast La Base, aunque después ha matizado que este comentario es ficticio y no ocurrió.
«Te propongo infiltrar hombres y mujeres de la Policía y la Guardia Civil que consigan tener relaciones sexuales con los jefes del PP (…) Sabiendo que son de derechas esto no puede ser tan difícil. En la cama seguro que cantan La Traviata y si nuestros agentes le ofrecen droga ni te cuento, que los del PP son unos viciosos», ha relatado Iglesias. La idea, según el líder podemita, era que los agentes se hicieran pasar «por peperos de toda la vida para que engañen a Pablo Casado, a Feijóo, a Ayuso y a Margallo para que follen con ellos». «Tenemos agentes entrenados para esto y para mucho más, estamos defendiendo la democracia y el Estado de Derecho; no me vengas con que si la democracia y con la libertad sexual. ¡La democracia se defiende en las cloacas, joder! Ya lo decía Felipe González», ironiza Iglesias. Finalmente, ha pedido a Marlaska que aclare si tenía conocimiento de esto y manifiesta que le gustaría saber qué opinión tienen la ex vicepresidenta Carmen Calvo y las «feministas» del PSOE, abiertamente discrepantes con Irene Montero, sobre la actuación del agente.